7Tened paciencia, hermanos, hasta que venga el Señor; mirad cómo el labrador aguarda la valiosa cosecha de la tierra esperando con paciencia a que reciba la lluvia temprana y la tardía (Dt 11,14). 8No perdáis la paciencia tampoco vosotros, reforzad el ánimo, que la venida del Señor está cerca.
9Hermanos: nos quejéis unos contra otros, para que no os den sentencia; mirad que el juez está a la puerta.
10Hermanos, en el sufrir y en la paciencia tomad por modelo a los profetas que hablaron en nombre del Señor. 11Llamamos dichosos a los que tuvieron aguante. Habéis oído hablar del aguante de Job y ya veis el final que le dio el Señor, porque el Señor es compasivo y misericordioso (Job 42,10-17; Sal 103,8).
12Sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ninguna otra cosa; vuestro sí sea un sí y vuestro no un no, para no exponeros a un juicio.
13¿Sufre alguno de vosotros? Que rece. ¿Está uno de buen humor? Que cante. 14¿Hay alguno enfermo? Llame a los responsables de la comunidad, que recen por él y lo unjan con aceite invocando al Señor. 15La oración hecha con fe dará la salud al enfermo y el Señor hará que se levante; si, además, tiene pecados, se le perdonarán.
16Por tanto, confesaos los pecados unos a otros y rezad unos por otros, para que os curéis. Mucho puede la oración intensa del justo: 17Elías era un hombre débil como nosotros, y cuando oró insistentemente para que no lloviera, no cayó una gota en tres años y medio; 18oró de nuevo, y el cielo dio su lluvia y la tierra produjo su fruto.
19Hermanos míos, si alguno se desvía de la verdad y otro lo endereza, 20tened presente que quien endereza a un pecador de su extravío se salvará él mismo de la muerte y sepultará un sinfín de pecados.
EXPLICACIÓN.
7-20. Aguardad
con paciencia la llegada del Señor, que inaugura la nueva edad (7-8). Mantener
un ambiente de aceptación mutua (9). Ejemplo de paciencia en la adversidad
fueron los profetas y, en particular, Job. Aunque no aparece en el AT que
muchos profetas acabaran de muerte violenta, era persuasión común en el
judaísmo (cf. Mt 23,30) (10-11). Dos alusiones al AT: llamamos dichosos, etc.,
cf. Dn 12,12; el Señor es compasivo y misericordioso, concepto frecuente, cf.,
por ej. Sal 103,8 (10-11).
Sinceridad; las palabras del autor
recuerdan las de Jesús en Mt 5,33-37 (12). Visitar a los enfermos y rezar por
ellos era práctica alabada por los judíos; éstos creían además que toda
enfermedad era consecuencia del pecado; la comunidad del autor muestra tener
una visión parecida; se espera la curación carismática por la oración de los
responsables (gr. presbyteroi, cf. 1 Tm 5,17); la curación mostraría que los
pecados causantes de la enfermedad estaban perdonados; el aceite era medicina
común del tiempo (13-15). Reconocer los pecados era, por tanto, condición
indispensable para ser curado; confianza en la eficacia de la oración. Ejemplo
de Elías (cf. 1 Re 17-18) (16-18). No abandonar al hermano que yerra (cf. Prov
10,12).